martes, 4 de noviembre de 2008

SOLEDAD

Luz
Qué triste estaba el camino
el camino de la tarde.
Nadie lo paseaba
ni la hierba seca, ni un pájaro
ni un árbol. Nada.

Sólo la soledad
lo acompañaba
y la mirada de una niña
asomada a la ventana.

Luz del Olmo

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