lunes, 31 de enero de 2011

EL SUEÑO


Franz Marc


Llevaba varios días que me gustaba acostarme pronto. Tanto papa´ como mama´ no entendían ese capricho que me había entrado de repente, pues siempre he sido una chica muy remolona para irme a la cama. Pero en esas fechas me gustaba dormir y en especial me gustaba soñar.

Al poco de quedarme dormida, digo yo que seria así, pues cuando cierras los ojos no te enteras de qué hace el tiempo con nosotros, comenzaba a tener un sueño que siempre se me repetía.

Era de noche. Salía de mi casa y llegaba hasta una selva donde a pesar de la oscuridad brillaban los colores amarillo, rojo y azul. Al principio no distinguía muy bien lo que había a mi alrededor, pero poco a poco caminaba hasta una especie de prado verde donde crecían plantas que nunca había visto. Allí me sentaba desnuda y con las piernas cruzadas esperaba. Me sentía bien, no tenia miedo y me gustaba quedarme quieta.

La primera noche, apareció un león.

-¿Qué haces aquí? – me dijo algo misterioso

-Nada. Esperar

-Esperar ¿a qué?

-Esperar a que vengas tu´.

-Eso me gusta- Me dijo el fiero animal..

Esta noche estaremos solos, pero mañana si vienes, seremos más.

Nos quedamos muy quietos y después desperté muy relajada y contenta.

Al día siguiente volví a dormirme y otra vez me encontré desnuda con las piernas cruzadas en medio de la selva y esperé.

Al poco tiempo apareció el león y nos saludamos.

-Esta noche vendrán m´as – como siempre habló de forma misteriosa.

-¿Quiénes?- dije intrigada

- Ya lo veras. Mira por allí aparecen dos. No los ves porque están detrás de ti. No te vuelvas

-¿Son también leones como tu´?

-No. Son caballos, caballos rojos

- Que bien. Dije ¿Sabes que el caballo es mi animal favorito?

Me quede´ un rato, tranquila, sin pensar en nada y luego me desperté.

La siguiente noche, recuerdo que ya era miércoles, volví a dormirme y otra vez como en los días anteriores, salí de mi casa, camine´ y llegue´ a la selva. Como siempre me senté y esperé.

-Hola. Creí que hoy no ibas a venir,-me habló como siempre el león.

-¿Por qué?

-Es ya muy tarde y tu´ pronto te despertarás. Apenas si tenemos tiempo.

-No se´ que me habrá pasado, pero yo me he dormido a la misma hora- quise disculparme.

-Te habrás entretenido con otro sueño

-No lo recuerdo

-Es normal. No siempre recordamos lo que soñamos

-¿Tu también sueñas?

-No. Yo vivo en los sueño de los otros.

-¿Han venido los caballos rojos?- Recordé entonces

-Si´, claro que si´ y también te están esperando, pero como ayer, tu´ no los puedes ver.

-Eso me entristece algo. Hay algunas cosas cosas que no tienen forma y sin embargo sabemos que están, como el aire, el cariño, la alegría, la pena, el enfado, el sentirse bien … podríamos decir que son como sueños.

-Eres sabia. Mira- me indico´ el león- A estos caballos si los puedes ver

-¡Qué sorpresa, qué bonitos! ¡¡Son dos caballos azules!!- grite´ alborozada.

Ellos me miraron e hicieron las presentaciones:

- Me llamo Kandinsky

- Me llamo Gauguin

- Yo me llamo ……No me dejaron seguir

Tu te llamas Armonía, por eso te traemos todos los colores para que juegues y los combines de tal forma que te hagan sentirte bien.

-Gracias, les dije y desperté.

Aunque seguí acostándome pronto no volví a tener ese sueño que tanto me gustaba.

Hace pocos días mi padre se empeño´ en llevarme a clases de yoga. Crucé las piernas y entonces vi dos caballos azules, un león y presentí que otros dos caballos rojos me miraban desde atrás y los ví a todos en un cuadro que mi profesora nos había enseñado un día de primavera en el al Museo Tyssen. Ahora recuerdo que el cuadro se llamaba El sueño y lo había pintado Franz Marc.

Luz del Olmo





2 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.
Besos

Ele Bergón dijo...

Gracias Abejita por tu comentario.

Besos, ya te llamo

Luz