(c) Luz
AMAPOLA, sangre de la tierra
J.R.J
Después del lluvioso invierno
brotabas, nacías, crecías.
A los pueblos de Toledo
los viernes yo iba y volvía
jugaba con los niños
a llevar poesía.
AMAPOLA, sangre de la tierra;
tú nos mirabas, cantabas, sonreías.
En el trayecto
tu campo rojo
con algo de amarillo y rosa
me acompañaba
en este viaje circular
que es la poesía
sangre de mi vida
Luz del Olmo Veros
* Este poema está dedicado a Mª del Carmen Ugarte García y a Mª Ángeles Merino Moya, mis dos amigas burgalesas en respuesta a sus correos electrónicos. Besos para las dos.