Amanece.
El
sol despierta al agua.
Inseparables
compañeros
pisan
arenas y sombrillas.
Oyen
en las olas verdiazules
la
risa de los niños.
Y
ven
abanicos luminosos
en
el color del viento.
Cuando
llega la tarde
la
estrella y el mar se abrazan,
para
formar distintas rosas
que
navegan distraídas
a
la entrada de la noche.
Luz del Olmo
2 comentarios:
Buena combinación de imagen y poesía.
Besos
Quiero quedarme a contemplar esos abrazos. Y pensar en atardeceres y en mi atardecer.
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