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La
oigo sonar
y
sé que es la una.
Pasea
sola
Por
la laguna
Muy
en silencio
Vienen
las dos.
Son
toda noche
diciendo
adiós.
Camina
el tiempo
hacia
las tres.
Yo
te pregunto
si
ya las ves.
Van
avanzando
hasta
las cuatro.
Todos
los días
es
un teatro.
Si yo imagino
que
son las cinco.
Estoy
soñando
con dar un brinco.
¿Cuándo
estarán
aquí
las seis?
A
veces pienso
en
dieciséis
La
luz se acerca
trae
las siete.
Podré
jugar
con
mi juguete.
Por
la mañana
nadan
las ocho,
en
un cacao
y
en un bizcocho.
Tengo
colegio
justo
a las nueve.
Me
quedo en casa
si
hay hielo y nieve.
Estoy
en clase,
y dan las diez.
Pasan
las horas
con
rapidez.
Es
el recreo
llegan
las once.
Busca
un reloj
que
tenga bronce.
El
tiempo es aire,
veo
las doce.
Mitad
del día
y
siento goce.
(c) Luz del Olmo Veros
4 comentarios:
El reloj ha marcado las doce horas... muchas veces durante siete años... en la vida de mis veinticuatro veinticinco niños.
Espero que alguno de ellos pase por tus páginas, todavía. La vida no es vida sin poesía, mis niños.
Besos, Luz, que muchos niños pequeños y grandes disfruten tus palabras.
. ¡¡Genial para los peques!!
Con Luz, habrá siempre poesia.
Un abrazo a ti, y a Mª Ángeles.
. ¡¡Genial para los peques!!
Con Luz, habrá siempre poesia.
Un abrazo a ti, y a Mª Ángeles.
Qué poema más chulo, Luz, por cosas como esta, es una desventaja ser mayor. :)
Besos.
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