El sol triste
del otoño
apareció por
la tarde
añorando el
verdor del verano.
Apenas unos
meses
brillaba con
tanta fuerza
que llegaba la
noche
y era corto su
sueño.
Ahora, en este
septiembre,
sabía que se
agotaba
en un esfuerzo
inútil
por seguir
vivo.
El sol triste
del otoño
se abatía con el paso,
de su propio movimiento.
(c) Texto y foto: Luz del Olmo Veros
1 comentario:
Triste pero no quema y acaricia.
Publicar un comentario