miércoles, 17 de enero de 2018

UN CORTE EN EL CAMINO




El camino hasta la Fuente de los pájaros, se había vestido de blanco, marrón y rojo. No obstante, a pesar de su dificultad, decidí pasearlo. 



Llegué hasta donde mana el  agua,  pero esta vez, no pude atravesar el pequeño arroyo.  

Volví sobre mis pasos y entonces miré a lo lejos el camino de todos los días:


Disfrutar de la alameda. Llegar a la viña. Subir un poco la loma. Pasar por la senda recta que se oculta entre los árboles. Vadear el pequeño barranco, para seguir hacia adelante,  recto o a través,  depende del sembrado, pero siempre   hacia arriba, arriba,  hasta llegar a lo alto, donde se encuentra el otro camino, para así poder divisar, todo mi paisaje.

(c) Luz del Olmo Veros
 Del texto y las fotos.


1 comentario:

Abejita de la Vega dijo...

...el corazón rojo de esos campos envuelto en gasas blancas.