martes, 3 de noviembre de 2009

UN VESTIDO MUSICAL


Elena, estés dónde estés, te lo dedico de una forma muy personal.

Un vestido musical
se fue a bailar.

Tanto bailó y bailó
que cansado se cayó
en el salón.

Un príncipe
que por allí pasó,
lo recigió, lo arregló
y a su princesa lo regaló.

La princesa no sabía
que el vestido era musical.

Se lo pueso,
se miró en el espejo
y entonces el vestido
comenzó a tocar
una alegre melodía
que se podía cantar.

La princesa se asombró
y al príncipe mandó llamar.

- Principe, ¿tú sabías
que el vestido era musical?

-No- contestó el aspirante a rey.
Yo lo vi, me gustó
y lo mandé reparar.

Los dos pensaron un poco
y lo decidieron guardar
para sólo volverlo a lucir
en las noches de luna blanca
cuando da la fiesta el rey.



(
Este poema lo hicieron un grupo de niños y niñas bielorruoso que por entonces estaban en Velilla de San antonio. Su monitora, Elena, llevaba un vestido negro lleno de notas musicales pintadas en color blanco.)