Luz
viernes, 28 de septiembre de 2007
UNA CASA MOJADA
Alicia se siente como dentro de un mapa e imagina que su casa es un barco. De lejos, tres sirenitas llaman a Ulises que se apoya en el quicio de la puerta.
Echa un vistazo a la calle y ve cómo el gato de ojos verdes que no sonríe, huye despavorido. Sin hacer caso al gato con miedo al agua, pone rumbo Sur Sureste para llegar a las Costas del
Oriente. Atraca en puerto y los ojos de una mujer la miran a través del velo. Huele a pescado y rosas. Olas tranquilas la deslizan hacia otros mares.
Un gran río que desemboca en el mar la conduce bajo el puente. A uno y otro lado existe una ciudad de casas y piedras viejas. Dos hirriantes tranvías suben hasta el castillo.
Sin darse cuenta ha llegado al centro del Océano:
Cercada por las olas, busca el interruptor de la luz. Algunas gotas de agua salpican la casa barco.
Las botellas se mueven. Una estatua de madera y un jarrón de flores chinas, se han escondido en la casa de muñecas. El oso de peluche se acurruca detrás de una carpeta invisible.
Hay tormenta y el barco casa se balancea sin rumbo fijo. A Alicia le falta el aire, casi no puede ni respirar.
Todo está oscuro. Ni aunque pruebe tres mil pares de gafas puede ver. Camina muy despacio entre las sombras. Ha perdido el timón.
En la cocina hay una radio. Con el temporal, todos los personajes se han quedado mudos.
Sola en medio del mar, grita, se agita, llora, pidiendo que alguien venga en su auxilio. Nadie responde; sólo un rugido tan fuerte como la ola gigante del mar.
Con el temporal, los saleros se han caído. Un azucarero ha quedado boca arriba y las cortinas de colorines chorrean agua. El tomillo, arrancado del campo, se columpia en un dedal.
Viene la noche. Está triste. Ha cerrado las contraventanas, esperando que todo pase. Intenta dormir preguntado a una vela sin llama ¿hacia dónde me deslizaré? ¿en qué‚ tierras amerizaré‚ y amaneceré?
Cuando todo pasa, amarra su casa barco y haciendo bocina con la mano pregunta :¿dónde estoy?. No hay respuesta. Mira su dedo que había trazado el viaje y lee: Isla de Uldivan.
Alicia sale del barco y se encuentra en la calle. Tiene frío y está llena de barro. Observa la hierba, tiene un verde especial, así como alegre.
Cuando metía la mano en el bolsillo, lo notaba mojado. Apretaba‚ el botón y al llegar donde mis amigas solían jugar a la comba, no había nadie.
Era algo tarde y llovía muy fuerte.
Alicia se siente como dentro de un mapa e imagina que su casa es un barco. De lejos, tres sirenitas llaman a Ulises que se apoya en el quicio de la puerta.
Echa un vistazo a la calle y ve cómo el gato de ojos verdes que no sonríe, huye despavorido. Sin hacer caso al gato con miedo al agua, pone rumbo Sur Sureste para llegar a las Costas del
Oriente. Atraca en puerto y los ojos de una mujer la miran a través del velo. Huele a pescado y rosas. Olas tranquilas la deslizan hacia otros mares.
Un gran río que desemboca en el mar la conduce bajo el puente. A uno y otro lado existe una ciudad de casas y piedras viejas. Dos hirriantes tranvías suben hasta el castillo.
Sin darse cuenta ha llegado al centro del Océano:
Cercada por las olas, busca el interruptor de la luz. Algunas gotas de agua salpican la casa barco.
Las botellas se mueven. Una estatua de madera y un jarrón de flores chinas, se han escondido en la casa de muñecas. El oso de peluche se acurruca detrás de una carpeta invisible.
Hay tormenta y el barco casa se balancea sin rumbo fijo. A Alicia le falta el aire, casi no puede ni respirar.
Todo está oscuro. Ni aunque pruebe tres mil pares de gafas puede ver. Camina muy despacio entre las sombras. Ha perdido el timón.
En la cocina hay una radio. Con el temporal, todos los personajes se han quedado mudos.
Sola en medio del mar, grita, se agita, llora, pidiendo que alguien venga en su auxilio. Nadie responde; sólo un rugido tan fuerte como la ola gigante del mar.
Con el temporal, los saleros se han caído. Un azucarero ha quedado boca arriba y las cortinas de colorines chorrean agua. El tomillo, arrancado del campo, se columpia en un dedal.
Viene la noche. Está triste. Ha cerrado las contraventanas, esperando que todo pase. Intenta dormir preguntado a una vela sin llama ¿hacia dónde me deslizaré? ¿en qué‚ tierras amerizaré‚ y amaneceré?
Cuando todo pasa, amarra su casa barco y haciendo bocina con la mano pregunta :¿dónde estoy?. No hay respuesta. Mira su dedo que había trazado el viaje y lee: Isla de Uldivan.
Alicia sale del barco y se encuentra en la calle. Tiene frío y está llena de barro. Observa la hierba, tiene un verde especial, así como alegre.
Cuando metía la mano en el bolsillo, lo notaba mojado. Apretaba‚ el botón y al llegar donde mis amigas solían jugar a la comba, no había nadie.
Era algo tarde y llovía muy fuerte.
miércoles, 26 de septiembre de 2007
LAS HORAS
La persistencia de la memoria de Salvador Dalí
A la una,
brilla la luna.
A las dos,
sale el sol.
A las tres,
tomo el té.
A las cuatro,
baño al pato.
A las cinco,
me abanico,
A las seis,
viene el rey.
A las siete,
sale Espinete.
A las ocho,
veo a Pinocho.
A las nueve,
voy a la nieve.
A las diez,
no sé que hacer.
A las once,
no me conoces.
A las doce,
damos voces.
Poema hecho pro los niños delTaller de la Fantasía de la Bibliteca de Mejorada del Campo
(Puede que fuera en el año 1991)
martes, 25 de septiembre de 2007
UN PROFESOR MOLÓN
Un profesor molón
juega con el balón
y baila el rock and roll.
Un profesor molón
eso me gusta a mí,
que explicque con ilusión
el idioma guaraní.
Un profesor molón
lo tengo ahora en clase,
no castiga al rincón
y sabe donde el sol nace.
Un profesor molón,
cuenta cuentos en francés
y nos habla del olor
que tiene el amanecer.
(Cuando recito este poema a los niños y niñas, juego con ellos y les digo que ya es hora de examinar al profesor o profesora. Ellos se ponen muy contentos y al final casi siempre la nota que le dan a su profe es un notable o un sobresaliente)
sábado, 22 de septiembre de 2007
LA CASA DEL VIENTO
Es una casa especial y Alicia lo sabe cuando penetra en ella. No siempre encuentra la puerta abierta, pero si adelante el pie y lo consigue, la temperatura de su cuerpo alcanza el estado ideal.
Alicia se tumba en la cama, mira hacia arriba y del techo brota una mancha.
Tiene muchas formas que con el tiempo van cambiando. Alicia puede decir que su olor es húmedo, aunque no sea del todo cierto. Es difícil tocarla, pero adivina un contacto rugoso. Forma varias
tonalidades de marrón y si el día amanece nublado, Alicia abre un poco la ventanilla de madera para que con la luz, el aire, haga el juego mucho más divertido .
En esta mancha marrón cantan los viejos canciones, recitan las niñas romances y , transportada por un ciclón, regresa la Loba Parda , triste y desesperanzada , en la voz de su hermano.
Si sale al balcón, con aire de brisa, contempla los prados donde un burro insulso sopla una flauta por casualidad.
Destapa el tarro de la mermelada y salta un humo aburrido que el aire transforma en: Rubias princesas, guapos mendigos, reyes traidores , moras enamoradas, gigantes muy malos , enanos
valientes, zapatillas rojas , carrozas desencatandas, presagios, palacios ....... y un sin fin de cuento más .
Nace un vendaval y parte en dos el cristal de la ventana.
Adivina adivinanza :
"Campo blanco,
semilla negra,
dos que la ven
uno que la siembra"
Un libro dormita en los surcos de la mesa camilla.
Alicia abre una puerta y entra un tornado de letras que quieren rimar en da, sa, ba, o vo , jo , do o en ir, or, me.
Alicia, intentan atrapar las letras tan locas que juegan, se aman, se enfadan y hasta tiene color. Si está triste se anima y empieza a sentir que merece la pena vivir, entre otras cosas porque sentir, rima con vivir .
En pequeños torbellinos y diminutos remolinos, se ríen se mofan, hacen muecas los trabalenguas, las jerigonzas, las cuchufletas, las chirigotas , los dicharachos y también dos o tres coplas.
Oye ruidos de brindis en las copas de champaña y en la chimenea crepita el fuego. Con la luz de las llamas, intenta leer formas de cenizas grises.
Alicia mira hacia arriba y la casa ordenada en una gran biblioteca, se llena de hojas. Entonces Alicia, tumbada en la cama, se duerme soñando que escribe junto a una minúscula taza de té.
Era siempre el viento el que me llevaba hasta mis amigas. Podía jugar con ellas a la comba, pero yo seguía metida en la casa. Nunca pude apretar el botón para hacer esta casa pequeña.
Alicia se tumba en la cama, mira hacia arriba y del techo brota una mancha.
Tiene muchas formas que con el tiempo van cambiando. Alicia puede decir que su olor es húmedo, aunque no sea del todo cierto. Es difícil tocarla, pero adivina un contacto rugoso. Forma varias
tonalidades de marrón y si el día amanece nublado, Alicia abre un poco la ventanilla de madera para que con la luz, el aire, haga el juego mucho más divertido .
En esta mancha marrón cantan los viejos canciones, recitan las niñas romances y , transportada por un ciclón, regresa la Loba Parda , triste y desesperanzada , en la voz de su hermano.
Si sale al balcón, con aire de brisa, contempla los prados donde un burro insulso sopla una flauta por casualidad.
Destapa el tarro de la mermelada y salta un humo aburrido que el aire transforma en: Rubias princesas, guapos mendigos, reyes traidores , moras enamoradas, gigantes muy malos , enanos
valientes, zapatillas rojas , carrozas desencatandas, presagios, palacios ....... y un sin fin de cuento más .
Nace un vendaval y parte en dos el cristal de la ventana.
Adivina adivinanza :
"Campo blanco,
semilla negra,
dos que la ven
uno que la siembra"
Un libro dormita en los surcos de la mesa camilla.
Alicia abre una puerta y entra un tornado de letras que quieren rimar en da, sa, ba, o vo , jo , do o en ir, or, me.
Alicia, intentan atrapar las letras tan locas que juegan, se aman, se enfadan y hasta tiene color. Si está triste se anima y empieza a sentir que merece la pena vivir, entre otras cosas porque sentir, rima con vivir .
En pequeños torbellinos y diminutos remolinos, se ríen se mofan, hacen muecas los trabalenguas, las jerigonzas, las cuchufletas, las chirigotas , los dicharachos y también dos o tres coplas.
Oye ruidos de brindis en las copas de champaña y en la chimenea crepita el fuego. Con la luz de las llamas, intenta leer formas de cenizas grises.
Alicia mira hacia arriba y la casa ordenada en una gran biblioteca, se llena de hojas. Entonces Alicia, tumbada en la cama, se duerme soñando que escribe junto a una minúscula taza de té.
Era siempre el viento el que me llevaba hasta mis amigas. Podía jugar con ellas a la comba, pero yo seguía metida en la casa. Nunca pude apretar el botón para hacer esta casa pequeña.
lunes, 17 de septiembre de 2007
OTOÑO
domingo, 16 de septiembre de 2007
EL SOMBRERO DEL PASTOR
El sombrero del pastor,
es de paja
y quita el sol.
Corre campos,
corre prados,
y cuando hace aire,
de una vuelta
a los tejados.
El sombrero del pastor,
vigila las ovejas
y no tiene reloj.
El sombrero del pastor,
todo el día
dureme al sol
y por la noche,
se que queda quieto
en su rincón.
(Dedicado a mi tío Eusebio que fue pastor)
Luz del Olmo
UN BALÓN
viernes, 14 de septiembre de 2007
UN TREN VIEJO Y FEO
(Me anima mucho el saber que mis poemas se leen en algunos colegios y también el comprobar que de diferentes partes del mundo, vienen a visitar este blog, así que seguiré escribiendo aquí y con mayor entusiasmo. Gracias a todos mis lectores y lectoras)
Un tren viejo y feo,
quedó triste en el paseo.
Un anciano sin dinero,
se acercó al tren
y haciéndose amigos
comenzaron un largo camino.
A veces charlaban,
a veces reían,
y cuando sus penas,
ellos se contaban,
los dos muy bajito,
lloraban, lloraban.
Visitaron países,
repletos de sol,
llegando a ciudades
llenas de carbón.
Se acercaron al mar,
cruzaron sus playas
y muy divertidos,
subieron montañas.
Conocieron hombres
de muchos colores.
Hiciedron amigos
y algún enemigo.
Vivieron contentos
miles de aventuras.
Aguataron aire,
sol y lluvia.
Llegaron cansados,
al mismo lugar
para esperar,
lod dos juntos,
el gran final.
(c) Luz del Olmo
jueves, 13 de septiembre de 2007
ALGAS MARINAS
martes, 11 de septiembre de 2007
UN FIDEO
UN FIDEO
se quedó
solo en la sopa
por feo.
Un niño no lo quiso comer
y ahora en la basura
se le ve.
¿Qué hago yo aquí
(se pregunta sorprendido)
entre monta de patata,
porquería y tanta lata?
Tengo que salir
y a algún sitio
me he de ir.
No me esperan amigos,
no me espera nadie,
pero aquí encerrado
me falta el aire.
El fideo
salió del cubo
como pudo
y se marchó
a recorrer el mundo.
Luz del Olmo
(Me han comentado que hoy, este poema lo han leído en el Colegio Público Los Venerables de Burgos y además le ha hecho varios dibujos. Me gustaría poner aquí alguno ¿ésto es posible?
se quedó
solo en la sopa
por feo.
Un niño no lo quiso comer
y ahora en la basura
se le ve.
¿Qué hago yo aquí
(se pregunta sorprendido)
entre monta de patata,
porquería y tanta lata?
Tengo que salir
y a algún sitio
me he de ir.
No me esperan amigos,
no me espera nadie,
pero aquí encerrado
me falta el aire.
El fideo
salió del cubo
como pudo
y se marchó
a recorrer el mundo.
Luz del Olmo
(Me han comentado que hoy, este poema lo han leído en el Colegio Público Los Venerables de Burgos y además le ha hecho varios dibujos. Me gustaría poner aquí alguno ¿ésto es posible?
sábado, 1 de septiembre de 2007
FLORES QUITAMERIENDAS
Las praderas estaban llenas
de flores quitameriendas.
Eran flores
amarillas y moradas.
Eran flores que florecen
cuando no florece nada.
Eran flores
del verano ya agostado.
Eran flores
del otoño no empezado.
Eran flores anunciando
lo cercano a la vendimia.
Eran flores señalando
lo pequeño de los días.
Me gustaban esas flores,
las flores quitameriendas
que nacían en los prados
donde ahora hay carreteras.
Luz del Olmo
de flores quitameriendas.
Eran flores
amarillas y moradas.
Eran flores que florecen
cuando no florece nada.
Eran flores
del verano ya agostado.
Eran flores
del otoño no empezado.
Eran flores anunciando
lo cercano a la vendimia.
Eran flores señalando
lo pequeño de los días.
Me gustaban esas flores,
las flores quitameriendas
que nacían en los prados
donde ahora hay carreteras.
Luz del Olmo
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