Para mi hermano Victoriano
(Por él soy poeta)
El nieto risueño
no quiere dormir.
Su abuelo pastor
lo hace reír:
Duérmte niño,
no rías más.
El sueño viene
has de callar.
Cierra el niñito
sus ojos chicos,
su madre entonces
le da un besico.
Ya está dormido
el niño bello.
Sueña que sueña
con los corderos.
Su abuelo al verlo
se ha sonreído,
recuerda tiempo
que ya se han ido.
Luz del Olmo
lunes, 25 de mayo de 2009
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3 comentarios:
Que lindo!
Luz, Enhorabuena por ese apoyo recibido.
Entrañable nana
Un abrazo
Alberto, Kety.
Muchas gracias a los dos.
Un abrazo.
Luz
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