Escribí unas prosas poéticas que titulé Las casas de Alicia, después, con el tiempo, hice una obra de teatro basada en estas casas que fue representada por los niños y niñas de Velilla, dirigidos por Rodolfo Serrano. Más tarde la convertí en novela. Esta novela la presenté al Premio Lazarillo y quedé finalista. La he intentado publicar en alguna que otra editorial de literatura para niños, pero no lo han creído conveniente. Es un juego que yo tenía de pequeña. Me sentaba en una piedra, que aún existe, y mirando el paisaje imaginaba que tenía una casa en el bolsillo de mi vestido a la que apretaba un botón, la hacía grande y pasaban cosas maravillosas.
Hoy he empezado a leer " Los Cuentos de la Abuela" de Kety Morales, editados por "Tal Vez", la editorial de mi amigo Pedro Talaván y al finalizar el primer cuento, me he acordado de mis prosas poéticas. Por eso dejo aquí este texto.
LA CASA DE MÚSICA
Para Alicia el entrar, es no querer salir. Por eso elige el miércoles y nunca falta a la cita. Ese día, se viste con los zapatos nuevos y se pinta un lunar muy cerca de los labios.
Cuando llega, las puertas, como dos mayordomos, se inclinan ante ella. Rayos de soles suben y bajan y entre cascadas, canta una voz.
Una flauta mágica enamora el aire. Suenan celosos los clarinetes.
En el salón del ángulo oscuro ha quedado una guitarra acompañando al arpa.
Los papeles de una sinfon¡a se olvidan muy cerca del piano.
Do , Re, Mi, Fa, Sol , La ,Si; son como un cuadro de colores invisibles ,o un otoño de letras barridas por el viento.
En un compás de dos por cuatro hay silencios con corcheas , semicorcheas, fusas y semifusas... Las redondas, ¿dónde est án?
Alicia, deja los poros abiertos y se abanica con todas las sensaciones concentradas en la emoción de un lágrima, una sonrisa y estados de ánimo muy semejantes a las noches de luna llena.
Todo el silencio de las miradas se juntan en el hombre de los dos platillos. El tambor redobla, recordando, el trotar de los caballos . A lo lejos, suavemente, toca un viol¡n .
El mundo está bien hecho y Alicia respira su armon¡a , sentada en el sillón.
Cuando ya no se oye ni el sonido de la golondrina con tristeza y alegría Alicia se va. Los mayordomos amablemente la invitan a salir y sin quererlo se encuentra en la calle.
Me gustaban los miércoles cuando empezaban, pero inevitablemente deb¡a apretar el botón , hacer la casa pequeña para poder jugar con mis amigas. En el camino, casi siempre me rozaba, el aire de un pájaro.
Luz del Olmo
Hoy he empezado a leer " Los Cuentos de la Abuela" de Kety Morales, editados por "Tal Vez", la editorial de mi amigo Pedro Talaván y al finalizar el primer cuento, me he acordado de mis prosas poéticas. Por eso dejo aquí este texto.
LA CASA DE MÚSICA
Para Alicia el entrar, es no querer salir. Por eso elige el miércoles y nunca falta a la cita. Ese día, se viste con los zapatos nuevos y se pinta un lunar muy cerca de los labios.
Cuando llega, las puertas, como dos mayordomos, se inclinan ante ella. Rayos de soles suben y bajan y entre cascadas, canta una voz.
Una flauta mágica enamora el aire. Suenan celosos los clarinetes.
En el salón del ángulo oscuro ha quedado una guitarra acompañando al arpa.
Los papeles de una sinfon¡a se olvidan muy cerca del piano.
Do , Re, Mi, Fa, Sol , La ,Si; son como un cuadro de colores invisibles ,o un otoño de letras barridas por el viento.
En un compás de dos por cuatro hay silencios con corcheas , semicorcheas, fusas y semifusas... Las redondas, ¿dónde est án?
Alicia, deja los poros abiertos y se abanica con todas las sensaciones concentradas en la emoción de un lágrima, una sonrisa y estados de ánimo muy semejantes a las noches de luna llena.
Todo el silencio de las miradas se juntan en el hombre de los dos platillos. El tambor redobla, recordando, el trotar de los caballos . A lo lejos, suavemente, toca un viol¡n .
El mundo está bien hecho y Alicia respira su armon¡a , sentada en el sillón.
Cuando ya no se oye ni el sonido de la golondrina con tristeza y alegría Alicia se va. Los mayordomos amablemente la invitan a salir y sin quererlo se encuentra en la calle.
Me gustaban los miércoles cuando empezaban, pero inevitablemente deb¡a apretar el botón , hacer la casa pequeña para poder jugar con mis amigas. En el camino, casi siempre me rozaba, el aire de un pájaro.
Luz del Olmo
3 comentarios:
Hola Luz, visitar tu página de niños es visitar un lugar mágico.
No se si han sido las notas, la protagonista llamarse Alicia, y tu forma de escribir, que me he quedado por un momento parada, emocionada.
Enhorabuena
un abrazo
kety
Muchas gracias Kety.
Espero que hayas recibido mi e-mail.
Estas prosas las escrbí hace ya tiempo, pero las palabras escritas siempre permanecen.Están ahí como los buenos amigos.
Besos. LUZ
Hola Luz, recibí tu mensaje, no te preocupes ya me haré con tu libro.
respecto a lo escrito es cierto que ahí queda. aunque aveces después, en ocasiones te arrepientes, sin embargo, lo hecho, hecho está.
lo digo por mis libros.
un abrazo
Kety
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