martes, 23 de septiembre de 2008

LA CASA DE LOS PASILLOS

Alicia entra en la casa por el pasillo grande, buscando la habitación que tiene un lazo rosa en la cortina de la ventana, pero lo único que encuentra es otro pasillo que parece indicar el salón de los sofás . Inútilmente desanda el camino . Los pasillos , muy juguetones , se multiplican y mueven siempre que respira Alicia.

Prefiere entonces no elegir destino y deslizarse de un lugar a otro , siguiendo el rastro de unas huellas sin sentido.

Por esta especie de cinta móvil que son los pasillos de su casa,

juega, corretea, retoza, trabaja , piensa , sueña, enreda,

desenhebra, se divierte e imagina pájaros blancos que la miran desde arriba, llevando un vuelo , tan perdido , como el andar de ella.

Acaba de pasar muy cerca de una máscara que pretende infundirle miedo. Ella, apenas sin detenerse, le hace burla y ya desde lejos un espejo la sonríe . Se mira , es mas alta y delgada de lo habitual ¿seré otra Alicia ? o ¿es que ella ha cambiado y le

cuesta reconocerse?

Los pasillos se suceden y todo dura un instante . Hay botellas de agua que al pasar le calman la sed que adquirió en el pasillo anterior.


¿Cómo es posible que se encuentre con un arco de piedra y una

moneda de cobre antiguo ? Le gustaría saber esa pequeña

respuesta, pero los pasillos no deciden pasar por el penúltimo

anaquel.

En este viaje por pasillos sucesivos , divisa una puerta , que

bien podría ser la de salida. Ya que se encuentra allí,

aprovecha la ocasión y con un ligero movimiento, se agarra al

picaporte, el pasillo continúa su viaje a ninguna parte y ella

con los pies en vilo, da la vuelta a la aldaba. La puerta se

abre para arrojarla a las piedras de la calle.



Era Agosto y hacía calor, mucho calor . El botón se deslizaba en mi bolsillo , pero conseguí , a pesar de mis dedos llenos de

sudor , apretarlo y hacer la casa pequeña.


A la sombra de un árbol , esperé‚ que mis amigas dejaran de dormir la siesta.

Luz del Olmo



6 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Los pasillos son sitios terribles.

Ele Bergón dijo...

Pueden serlo y si no que los lectores vayan a leer tu último relato. Seguro que se quedan atrapados en la memoria de una Historia que no tiene vuelta atrás. El hombre, ese gran devorador de su propia existencia.

Kety dijo...

Luz, este cuento, lo habías publicado ya? Sea como sea está bien recrearse en él y vivir las sensaciones de Alicia

Un abrazo

Ele Bergón dijo...

Llevas toda la razón Kety. Lo puebliqué en el mes de agosto, que en realidad es donde correspondía. Lo que pasa que el otro día, busqué en mi ordenador y me parecía que éste estaba sin publicar. Eso demuestra que me lees y además recuerdas mis textos.

Muchas gracia por la advertencia y besos de Alicia, esa niña atrevida que se mete en todas las casas.

Abejita de la Vega dijo...

Luz, he recuperado mi pequeño libro amarillo. Tus poemas que juegan...ya sabes que estaba en un lugar poco amigo de la poesía.
Un beso

Sor Austringiliana dijo...

Quiero saliiiiir y hablarrrr.
Me cierraaaaaaan.